Deportistas, famosos y celebrities de todo tipo pierden habitualmente sus fortunas, realizan pésimas inversiones y tienen todo tipo de problemas con la ley respecto del pago de sus impuestos.
¿Están realmente mal asesorados?
Una de las primeras reacciones al enterarnos de estas cosas es concluir que están “mal asesorados”. Pero ¿y si no fuera tan así?
El problema del management
Desde hace años trabajamos con artistas, deportistas y celebrities en general. Es por esto que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que sufren de un problema muchísimo más grave que de “mal asesoramiento” por parte de los profesionales.
Hay esencialmente dos problemas que toda celebrity debe solucionar antes de preocuparse por el asesoramiento en materia patrimonial, fiscal o corporativa.
El primero de ellos es profesionalizar la cadena de mando de sus operaciones. Es extremadamente común que las celebrities tengan familia y amigos metidos dentro del “C Level” que representa su estructura de toma de decisiones. En la enorme mayoría de los casos, no podría ni empezar a describir lo poco capacitados que están para ese tipo de rol.
Esto ya de por sí distorsiona todo tipo de relación que el high earner pueda tener con sus proveedores, ya que deberá pasar primero por el filtro de “management” que representa su padre, esposa, primo o un amigo de la infancia.
El segundo problema es la dinámica que se manifiesta en todas las relaciones que este tipo de cliente entabla, lo que se conoce como “los amigos del campeón”. Una especie de ejército de bottom feeders que se va acumulando en las distintas órbitas del celebrity para complacer sus pedidos a cambio de dinero y sin tener en cuenta en lo más mínimo el bienestar del cliente.
Cuando vemos el enorme número de celebrities que pierden todo o tienen problemas legales, mucha gente se pregunta: ¿cómo puede ser que habiendo tantos abogados buenos siempre caigan en los malos?
La respuesta es muy simple: la mediocre estructura de management que tienen los buscan especialmente, espantando a los buenos.
Lo que pocos quieren escuchar
Muchos potenciales clientes decidieron no trabajar con nosotros porque cuando nos dijeron: “Necesito esto, ¿lo podes hacer?”, nosotros les respondimos: “Lo que me estás pidiendo no existe”.
Acto seguido, y cuando le hacen la misma pregunta al inescrupuloso, éste le responde: “Por supuesto, dalo por hecho”.
Y así les va.
El buen asesoramiento implica que muchas veces el cliente escuche cosas que no quiere escuchar. Y mientras haya gente dispuesta a mentirles para que sigan escuchando lo que quieren, van a seguir cayendo una y otra vez.
Por eso, ante la multitud de casos de celebrities con problemas, yo no me aventuro a decir que están “Mal Asesoradas”. Probablemente estén tan bien asesoradas como mal asesoradas, pero no tienen la capacidad de discernir qué consejo es el bueno, y eligen siempre el que les da la razón porque lo que realmente necesitan es bajarse del pony.
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