¿Tenés o querés tener una startup? Ya sea que estés arrancando con tus propios ahorros o que hayas convencido a unos inversores de que tu idea es la next big thing, hay unos términos que tenés que tener claritos para no llevarte sorpresas.
Y sí, estoy hablando de las palabras en inglés que usamos para sonar más cancheros en las reuniones, pero a su vez son conceptos que de verdad pueden determinar si tu startup despega o se estrella.
Definición de burn rate y runway
El primer concepto que te quiero presentar es el de "burn rate". Simplificado al máximo, es la plata que estás quemando mes a mes. Es decir, ¿cuánto gastás en sueldos, servicios, medialunas, sushi y todas esas cosas que hacen que tu startup siga viva? Conocer este número te va a dar una idea de cuánto tiempo podés seguir en carrera con la plata que tenés.
Lo que nos lleva al segundo término: el "runway". Imaginate que estás en un avión listo para despegar y que el largo de la pista es el dinero que tenés en el banco. Bueno, el runway es cuánto tiempo podés seguir corriendo (o sea, operando tu startup) antes de que te quedes sin pista (plata).
La realidad es que en Argentina, y debido a nuestra historia aeronáutica, es un poco macabro usar el concepto de runway, porque hablando en criollo, es básicamente como decir: "¿cuánto tiempo me queda antes de terminar en Punta Carrasco?”
Pero más allá de eso, acá viene la parte que realmente tenés que entender, porque el concepto de runway es mentiroso por definición. No es tan sencillo como decir "tengo un año de runway y listo". En realidad, hay que pensar en términos de "R-6" o "Runway minus 6". Esto es, si tu runway es de, digamos, 12 meses, cuando llegues al sexto mes sin ver un peso entrando, ya deberías estar pensando en tus próximos pasos. ¿Por qué? Porque cerrar una startup no es como cerrar la puerta de tu casa y decir "chau, me fui". Es un proceso que lleva tiempo y, por sobre todo, guita.
Por eso, cuando digas que tenés cierto runway, restale siempre esos 6 meses. En ese tiempo, podés buscar aumentar tus ingresos, reducir costos, pegarla con otra ronda de financiamiento, o, en el peor de los casos, empezar a planificar cómo cerrar todo sin terminar debiéndole hasta el apellido a medio mundo. Cerrar una startup en el día de R0 (o sea el día en el que tu cuenta se quedó en cero) es una hermosa manera de terminar en una sucesión interminable de juicios, en la cárcel, o en una zanja.
A modo de cierre
En el emocionante rollercoaster de las startups, tené siempre un ojo en tus números y otro en el calendario. Y recordá, mejor prevenir que curar. Si te quedan 6 de runway y no tenés un plan de acción bien concreto para que entre guita YA, cut your losses, cerrá en paz, y serví para otra guerra.
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