Existen muchísimas formas de emigrar que son “atípicas” o a menudo no son tenidas en cuenta por la mayoría de las personas. Más de una vez nos ha tocado tener que investigar el área de los voluntariados por clientes que llegan a nosotros en una situación bastante particular.
Son freelancers o emprendedores, tienen negocios cuasi automatizados que les requieren poca intervención (algunas horas por semana, pero no mucho más) y tienen el deseo de irse en busca de experiencias distintas.
“Me quiero ir, pero quiero ir a hacer algo, quiero ir a cuidar elefantes, a construir escuelas, quiero hacer algo con mi tiempo que marque una diferencia”.
¿Se puede emigrar como voluntario? ¿Es viable? ¿Se puede freelancear paralelamente y asegurar un ingreso, mientras que uno hace el aporte por el cual emigró? Y ya entrando en un terreno un poco más filosófico: ¿existe dicho aporte?
El mundo de los voluntarios internacionales es amplio. A grandes rasgos, consiste en que una persona participe como voluntaria de algún proyecto patrocinado por una ONG de un país en particular, ofreciendo sus conocimientos, tiempo y expertise.
Estos proyectos son de carácter variado: pueden ser sobre educación, deportes, construcción, cuidado de niños, agricultura, arte, medicina, veterinaria y la lista continúa.
Por una cantidad de dinero, que varía según la duración del programa al que uno se inscribe, así como la ubicación geográfica y el tipo de proyecto, una persona puede irse como voluntaria.
Van a tener la posibilidad de vivir unas cuantas semanas (según el programa, pueden ser 2 semanas o incluso más de 70) en otro país, convivir en una cultura completamente ajena y sumar nuevas experiencias.
Empecemos a desentrañar el mundo del voluntariado. En su gran mayoría, los voluntariados son programas vendidos por empresas dedicadas a esto.
Existen infinidad de empresas que se encargan de organizar los viajes y funcionan como un híbrido entre agencia de turismo y recursos humanos.
La ventaja de viajar con una de ellas es que se encargan de organizar todo el viaje, desde gestionar la reserva de pasajes, la estadía, la inscripción al proyecto de interés e incluso ofrecen en todo momento asesoramiento y soporte. Lo hacen ya sea a través de otras personas de la empresa en el país donde uno va a ir, o también vía online y telefónica.
Sus distintos canales de comunicación y asesoramiento resultan para los voluntarios un alivio y brindan seguridad respecto del caos que puede resultar tener un potencial problema en una escuela rural en Uganda.
Además, al viajar con una de estas empresas, el voluntario es parte de un grupo de voluntarios de todo el mundo, con lo cual se conoce gente nueva. Un amiguito para caerle al depto en Amsterdam, o una chica para motivar ese trabajo duro cargando bolsas.
La enorme mayoría de los voluntariados se pagan. Algún desprevenido estará pensando “Si voy a darles mi valiosísimo, tiempo supongo que mínimo me pagan los pasajes, ¿no?”
No. Porque como están planeados y concebidos, los voluntariados son experiencias para vos, no para ellos.
Ningún voluntariado internacional va a ser absolutamente gratis. En general, el pasaje aéreo y el seguro médico no están incluidos. En muchos casos se paga un fee por participar del programa, que puede incluir alojamiento (en general en una casa de familia o en algún espacio común, como un campamento o gimnasio de una escuela), y una o dos comidas diarias.
También hay que sumar los gastos asociados a la tramitación de la visa para entrar al país elegido. En general, se trata de la visa de turista para programas cortos, la cual en cada país tendrá su costo asociado.
Para algunos países se debe tramitar la visa de voluntario. En cualquiera de los dos casos, la organización con la que se va a viajar siempre brinda un muy buen asesoramiento para conseguirlas en tiempo y forma.
Por último, siempre hay que viajar con un dinero extra para cubrir gastos extras del día a día, como alguna excursión, alguna comida que no esté cubierta e Internet, en algunos casos.
Cada programa tiene detalladas las tareas que debe realizar el voluntario e incluso algunas actividades de las que debe participar. En general, se solicita que trabaje alrededor de 5 horas por día, teniendo el resto del día libre para realizar excursiones, descansar y hacer lo que le plazca.
Entonces, ¿el voluntario da una clase por la mañana y a la tarde puede freelancear? En algunos casos esto puede llegar a ser posible, pero la realidad es que ni siquiera está garantizado el acceso a Internet. Profundizaremos más adelante.
Un aspecto sumamente relevante a tener en cuenta para aquellos que piensan hacer un voluntariado y mantener sus trabajos freelance en simultáneo es el tema de la conectividad. En muchos programas, el acceso al WiFi es limitadísimo, siendo que en ocasiones uno mismo debe pagar su propio servicio de Internet.
Otra alternativa sería aprovechar los momentos libres para ir a algún café y hacer uso de su WiFi (aunque hay que tener en cuenta que no siempre va a haber uno cerca). La conectividad limitada es a tal punto que muchas veces es posible ni siquiera tener algún tipo de señal en el celular.
Con el tiempo es posible que los problemas de conectividad puedan ser solucionados con soluciones satelitales o simil Starlink.
Para resolverlo en esta instancia y si esto es un deal braker, entonces hay que focalizar en programas cuyas actividades se desarrollen en grandes centros urbanos.
Varias cosas importantes a la hora de pensar en hacer un voluntariado:
¿Para qué quiero ir?
Si tu idea es pasar unas semanas en un país exótico, en una cultura desconocida y estás deseoso de conocer gente de todo el mundo y poder sacar muchas fotos para el IG, definitivamente un voluntariado es ideal para vos.
Si tu intención es hacerte una escapada organizada a un lugar recóndito y mantener al mismo tiempo tu ritmo de trabajo habitual, con la posibilidad de contestar mails, te recomendamos que lo pienses varias veces antes de sumergirte en un programa de este estilo.
Más allá de las 5 horas diarias que vas a tener que pasar trabajando de voluntario, muchas veces tu trabajo remoto va a estar condicionado por el acceso a Internet del lugar.
En tanto y en cuanto se haga la planificación necesaria, acompañada de muchísimo reaserch, es viable. Pero no es simple. Emigrar mediante planes de voluntariado es de alguna manera similar a emigrar en un plan de Digital Nomad.
El tiempo que uno pueda permanecer en determinada jurisdicción va a quedar determinado por la visa en cuestión, pero uno bien podría coordinar uno o varios planes con meses o años de anticipación de modo que pueda armarse un cronograma y luego seguirlo.
Nuestro enfoque respecto de lo que siginifica la migración no es rígido, con lo cual se puede emigrar como voluntario encadenando voluntariados hasta tanto el emigrante quiera dejar de hacerlo.
Pero existen consideraciones a tener en cuenta:
A) Si el voluntario quiere seguir trabajando en sus ratos libres, entonces debe elegir voluntariados en zonas urbanas con buena conectividad y con horarios compatibles.
B) El voluntario debe considerar que hay países que deberá evitar a toda costa si tiene algún riesgo de quedar atrapado en la Tax Net. A su vez, el voluntario debe averiguar de antemano la legislación correspondiente al trabajo “online”, ya que podría estar en falta sin saberlo, y preferimos no tener que interactuar con el sistema penitenciario de Guinea Ecuatorial.
C) Es necesario contar con una infrastrcutura financiera acorde a los países en los cuales el voluntario va a estar. Los bancos norteamericanos o europeos tradicionales que los freelancers suelen utilizar para su vida financiera actual NO SON COMPATIBLES con estas jurisdicciones. Hay enormes chances de que las cuentas sean bloqueadas o canceladas si reciben gastos originados en estos países.
Para quienes quieran emprender esta aventura, sepan que es complicada y costosa, pero viable, y es una de las formas más rápidas de emigrar. A su vez es posible que el voluntario no obtenga una sincronización perfecta entre programas y tenga algunos tiempos muertos.
Aquí podrá elegir visitar familia y amigos, o hacer tiempo en algún destino del exterior (en Europa quizás, visitando amigos de otros programas).
Aquí deben tener en cuenta que si su plan es volver al lugar de origen a visitar, eso no puede comprometer su pérdida de residencia fiscal, lo cual a su vez requiere futura planificación.
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